Hace varios años,
Basadre escribió lo siguiente acerca de los tres grandes enemigos de la promesa
de la vida peruana: los Podridos, los Congelados y los Incendiados. “Los
Podridos, dijo, han prostituido y prostituyen palabras, conceptos, hechos e
instituciones al servicio de sus medros, de sus granjerías, de sus instintos y
de sus apasionamientos. Los Congelados se han encerrado dentro de ellos mismos,
no miran sino a quienes son sus iguales y a quienes son sus dependientes,
considerando que nada más existe. Los Incendiados se queman sin iluminar, se
agitan sin construir. Los Podridos han hecho y hacen todo lo posible para que
este país sea una charca; los Congelados lo ven como un páramo; y los
incendiados quisieran prender explosivos y verter venenos para que surja una
gigantesca fogata. Toda la clave del
futuro está allí: que el Perú escape del peligro de no ser sino una charca, de
volverse un páramo o de convertirse en una gigantesca fogata. Que el Perú no se
pierda por la obra o la inacción de los peruanos”
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