sábado, 19 de agosto de 2023

Alfonsina de Storni - su carne, y el alma se le curva un poco (13 poemas)




VIDA

Mis nervios están locos, en las venas
la sangre hierve, líquido de fuego
salta a mis labios donde finge luego
la alegría de todas las verbenas.

Tengo deseos de reír, las penas,
que de domar a voluntad no alego,
hoy conmigo no juegan y yo juego
con la tristeza azul de que están llenas.

El mundo late; toda su armonía
la siento tan vibrante que hago mía
cuanto escancio en su trova de hechicera.

¡Es que abrí la ventana hace un momento 
y en las alas finísimas del viento
me ha traído su sol la primavera!


VIEJO CAJÓN

Viejo cajón que eres así cual una madre,
que me ofreces tus brazos como un amigo bueno
para arrojarme en ellos en forma de papeles
donde puse o pusieron algo unido a mis sueños.

Tú, donde yo he botado neurasténicamente
el cáliz que hallé fresco y te lo di por viejo
librándole mezquina de mis manos nerviosas
que ávidas se tendieron sobre el capullo nuevo;

tú que no ignoras nada de este desorden mío
que de tu espacio breve hizo un cofre bohemio
dejando que se muerdan algunos besos suaves
y haciendo que se besen algunos odios muertos;

tú que has visto mis manos crispadas abrazarte
cuando quise en tu tumba enterrar un recuerdo,
que acaso eres el único que conocer de cerca
cuáles son mis amores y cuáles mis desprecios,

estás lleno de polvo, olvidado en la oscura
habitación que nadie visita, ni el sangriento
lamparazo del sol cuando marcha, ni el blanco,
orificado leve, sobre la aurora abierto...

Yo he penetrado ayer en el cuarto sombrío;
me allegué para abrirte, mi buen amigo viejo...
¡Y he sido un cobarde! ¡Mis manos han temblado
y no pude mover tu lomo polvoriento!


ABSINTHIAS

Con mis veintidós años de juventud divina
yo tendría que ser una planta lozana
que arraigada en la tierra fertilísima y sana
floreciera cien rosas de ilusión cristalina.

Pero en la tierra sana que la mente imagina
mi vida—,  sombra mala que en seguirme se afana
ha dejado caer con imprudencia vana
abono de dolores cargado de morfina.

Y es que por eso tan sólo; es por eso que cuando
Fingiéndome la planta en la tierra me expando
para brotar en flores de algún himno auroral,

con la savia que robo me llegan las toxinas
¡y en vez de florecer en blancas sonatinas
florezco las absinthias de la planta fatal!...


FECUNDIDAD

¡Mujeres!... La belleza es una forma
y el óvulo una idea—.
¡Triunfe el óvulo!

Dentro de la mentira de la vida
existe una verdad
y hay que seguirla

La verdad es que nada en la Natura
deber perderse.

La tierra que es moral porque procrea
abre la entraña a la simiente y brota
dándonos trigo.

El vientre que se da sin reticencias
pone un soplo de Dios en su pecado.

Son para él las rosas que abre el sol.
Él vibrará como una cuerda loca
que el Misterio estremece.

El vientre que se niegue será atado
al carro de la sed eternamente.

¡Mujeres! Sobre el grito de lo bello
grite el impulso fuerte de la raza.
¡Cada vientre es un cofre!

¿Qué se guarda en las células que tiene?
¿Cuántos óvulos viejos han rodado
guardándose el misterio que encerraban?

¿Estaba en ellos quien hacía falta?

¡Mujeres! La belleza es una forma 
y él óvulo una idea...


PRESENTIMIENTO

Tengo el presentimiento que he de vivir muy poco.
Esta cabeza mía se parece al crisol,
purifica y consume,
pero sin una queja, sin asomo de horror.
Para acabarme quiero que una tarde sin nubes,
bajo el límpido sol,
nazca de un gran jazmín una víbora blanca
que dulce, dulcemente, me pique el corazón.


BORRADA

El día que muera, la noticia
ha de seguir las prácticas usadas,
y de oficina en oficina al punto
por los registros seré yo buscada.

Y allá muy lejos, en un pueblecito
que está durmiendo al sol en la montaña,
sobre mi nombre, en un registro viejo,
mano que ignoro trazará una raya.


LETANÍAS DE LA TIERRA MUERTA

A Gabriela Mistral

Llegará un día en que la raza humana
se habrá secado como planta vana,

y el viejo sol en el espacio sea
carbón inútil de apagada tea.

Llegará un día en que el enfriado mundo
será un silencio lúgubre y profundo:

una gran sombra rodeará la esfera
donde no volverá la primavera;

la tierra muerta, como un ojo ciego,
seguirá andando siempre sin sosiego,

pero en la sombra, a tientas, solitaria, 
sin un canto ni un ¡ay! ni una plegaria,

sola, con sus criaturas preferidas
en el seno cansadas y dormidas

(madre que marcha aún con el veneno
de los hijos ya muertos en el seno).

Ni una ciudad de pie... Rutinas y escombros
soportará sobre los muertos hombros.


PALABRA A RUBÉN DARÍO

Bajo sus lomos rojos, en la oscura caoba,
tus libros duermen. Sigo los últimos autores:
otras formas me atraen, otros nuevos colores
y a tus fiestas paganas la corriente me roba.

Goza de estilos fieros anchos dientes de loba.
De otros sobrios, prolijos cipreses veladores.
De otros blancos y finos columnas bajo flores
De otros ácidos y ocres tempestades de alcoba.

Ya te había olvidado y al azar te retomo,
y a los primeros versos se levanta del tomo
tu fresco y fino aliento de mieles olorosas.

Amante al que se vuelve como la vez primera:
eres la boca dulce que allá, en la primavera,
nos licuara en las venas todo un bosque de rosas.


PALABRAS A DELMIRA AGUSTINI

Estás muerta y tu cuerpo, bajo uruguayo manto,
descansa de su fuego, se limpia de su llama.
Sólo desde tus libros tu roja lengua llama
como cuando vivías, al amor y al encanto.

Hoy, si un alma de tantas, sentenciosa y oscura,
con palabras pesadas va a sangrarte el oído,
encogida en tu pobre cajoncito roído
no puedes contestarle desde tu sepultura.

Pero sobre tu pecho, para siempre deshecho,
Comprensivo vigila, todavía, mi pecho, 
y, si ofendida lloras por tus cuencas abiertas

tus lágrimas heladas, con mano tan liviana
que más que mano amiga parece mano hermana,
te enjugo dulcemente las tristes cuencas muertas.


TRÓPICO

Cálida, morada, viva,
la carne fría del mar.

Trópico que maduras los frutos:
maduraste el agua con sal;
con terciopelo 
ataste las olas
y las has echado
a soñar.

Cálida,
morada,
viva,
la carne fría,
del mar.

Para mi carne
que se acaba
tu terciopelo
de coral.

Envuelta en él
como una llama
que se desplaza sobre el mar,
tallo erguido
en la tarde,
arder,
chisporrotear...


CANCIÓN DE LA MUJER ASTUTA

Cada rítmica luna que pasa soy llamada,
por los números graves de Dios, a dar mi via
en otra vida, mezcla de tinta azulo teñida,
la misma extraña mezcla con que he sido amasada.

Y a través de mi carne, miserable y cansada,
filtra un cálido viento de tierra prometida,
y a bebe, dulce aroma, mi nariz dilatada
a la selva exultante y a la rama nutrida.

Un engañoso canto de sirenas me cantas,
¡Naturaleza astuta! Me atraes y me encantas
para cargarme luego de alguna humana fruta...

Engaño por engaño: mi belleza se esquiva
al llamado solemne; y de esta fiebre viva,
algún amor estéril y de paso, disfruta.


A EROS

He aquí que te cacé por el pescuezo
a la orilla del mar, mientras movías
las flechas de tu aljaba para herirme
y vi en el suelo tu floreal corona.

Como a un  muñeco destripé tu vientre
y examiné sus ruedas engañosas
y muy envuelta en sus poleas de  oro
hallé una trampa que decía: sexo.

Sobre la playa, ya un guiñapo triste,
te mostró al sol, buscón de tus hazañas,
ante un corro asustado de sirenas.

Iba subiendo por la cuesta albina
tu madrina de engaños, Doña Luna,
y te arrojé a la boca de las olas.


EL CIELO

Casas destartaladas las estrellas;
en sus camas, sin sábanas, alumbrando
el ronco animal hembra y los desnudos
seños al sol picados y rapaces.

Y la boca del ser abierta toda
para tragar los mares de la muerte
y las Guerras saltando por los techos
del solar habitado del espacio.

¡Ay, qué poeta inmenso abrió el torrente
del engaño, que pudo darme el cielo
atroz de llanto y de miseria— alzado

en un jardín de flores diminutas,
como niños que juegan, con su antorcha,
a no toparse en el azul camino!

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